Con un mástil chino de 5m de altura, un cubo, un micrófono y vestido con un mono de trabajo, el clown Iván Alone, transforma el espacio escénico involucrando al público para lograr su objetivo: construir un circo del aire para ofrecer su gran número final.
Una obra que engancha desde el primer minuto, progresando a un ritmo trepidante, donde el publico no para de reír y asombrarse hasta estallar en el gran número final.
Un espectáculo sin palabras donde el absurdo del clown encuentra el virtuosismo del acróbata.